Cuando eres niño, los juguetes son sagrados, te dan horas infinitas de diversión y algunos hasta te dejan traumas. Nos acordamos de una espada del augurio que no vio que su final estaba cerca, del micro hornito que nunca llegó y de un montón de cosas más. Acompáñanos a este viaje nostálgico.
¿Pudimos ver más allá de lo evidente?
